Es un aire cuyo volumen ha sido reducido mediante acción mecánica utilizando un compresor de aire. Al comprimirse, genera calor y la presión aumenta.

El aire comprimido puede utilizarse de dos formas: aplicación directa o como fuente de energía neumática.

Su uso como aire activo implica un contacto directo con el aire comprimido. El aire está compuesto de diferentes moléculas y partículas. Al comprimirse, la composición sigue siendo la misma y se genera humedad, por lo que para ciertas aplicaciones es imprescindible la utilización de filtros y secadores con el fin de obtener aire totalmente limpio. Tiene multitud de usos, como en limpieza o soplado; pero también en la industria alimentaria, farmacéutica o química.

También puede utilizarse como fuente de energía de maquinaria o herramientas neumáticas.

En aplicaciones profesionales podemos decidir usar herramientas eléctricas o de aire comprimido. El uso de una u otra fuente de energía dependerá de diferentes factores.

El aire comprimido es una forma excelente de almacenar y transmitir energía. Es versátil, seguro y fácil de transportar. Es difícil pensar en una aplicación para la cual una herramienta eléctrica no pueda ser reemplazada por su equivalente neumático.

Una de las razones para elegir aire comprimido en lugar de electricidad es la seguridad. Los equipos eléctricos pueden suponer un riesgo de seguridad para los trabajadores en ciertos entornos (suelos mojados, presencia de materiales explosivos, sobrecargas, etc). El aire comprimido, por otro lado, se puede usar con seguridad en entornos húmedos. Además, las herramientas de aire comprimido permanecen frías, tienen velocidades ajustables y menor peso, lo que puede hacer que el trabajo sea mucho más fácil.

En cuanto a los costes, las herramientas de aire comprimido suelen tener un precio más asequible, ya que son más simples y necesitan menos piezas. Sin embargo, al incluir la inversión en un compresor y otros accesorios, el coste inicial puede ser más elevado. A la larga, las herramientas neumáticas suelen ser más resistentes y durar más tiempo en entornos de producción, resultando más rentables.

El uso del aire comprimido suele ser la mejor opción cuando se trata de procesos de producción. 

Ejemplos de aplicaciones del aire comprimido en diferentes industrias:

La flexibilidad del aire comprimido para adaptarse a diversas aplicaciones industriales y su capacidad de ofrecer potencia, rapidez y fiabilidad lo convierten en la elección preferida para una amplia gama de operaciones manufactureras.

Industria química: el aire comprimido suele entrar en contacto con el producto, por ello es imprescindible que el aire esté limpio y exento de aceite. Secado, control de equipos de producción y seguridad, entre otros.

Industria alimentaria: Al igual que en otras industrias, si el producto final entra en contacto con el aire comprimido, se deberán seguir estrictas normas para garantizar su seguridad. Se utiliza en la manipulación de alimentos, envasado, o limpieza.

Automoción: El aire comprimido es un esencial en el proceso de fabricación de vehículos. Crucial tanto en el ensamblaje como en la aplicación de pintura.

Fabricación en general: La energía neumática es un elemento fundamental para poner en funcionamiento todo tipo de maquinaria en entornos industriales. Desde máquinas simples hasta complejos sistemas automatizados, el aire comprimido impulsa actuadores, herramientas neumáticas y sistemas de control.